PLEGARIA
DEL BUEN VIVIR
Señor, hazme un hombre silencioso,
triste y solitario.
Que mi contento no se convierta en
esperanza,
que nunca alcance la satisfacción de
mis sueños,
que me regocije cuando Tú, Señor
bendigas al mediocre y al ruin
con prosperidad sin límite.
Haz de la estupidez nuestro único
horizonte.
Colma a los amos y a sus lacayos
de salud, tranquilidad y
bienaventuranza
pues de ellos es tu misericordia.
Eleva al soberbio. Maldice al justo.
Reserva celosamente para mí la
desdicha y el polvo.
Úngeme con fracaso y pena.
Sella mi boca si el poderoso me
humilla
y triunfa a costa de mi derrota.
Envía más legisladores para edificarnos
con su ejemplo.
Señor, que mis hijos olviden mi
nombre,
que mi corazón sea negro nido de
gusanos,
que se tuesten mis pulmones y mi lengua
antes de musitar una palabra
insolente.
Extirpa mi rabia.
Deja sólo la sumisión y la
obediencia.
Dobla mi cabeza, mi lomo y mis
rodillas.
Glorifícame Señor con el suplicio y
la condena
y que mi cadáver se pudra
bajo la estatua de mi asesino.
Daniel Padilla Serrato.
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